El río Tambre tiene una gran riqueza fluvial, siendo tiempo atrás la pesca de lampreas una importante fuente de ingresos. De esta actividad quedan vestigios en las antiguas “rodeiras” o “pesqueiras” que se pueden ver en los márgenes del río. Más allá de la propia belleza del río y los senderos serpenteantes que recorren sus márgenes, destacan especialmente la Devesa de Nimo y el puente colgante.
En el área de la central hay un espacio utilizado como centro interpretativo de la importancia de las “lampreeiras” y captura de la lamprea. El embalse del Tambre es uno de los parajes más conocidos y apreciados de Noia, ya que acoge en uno mismo lugar espacios naturales imprescindibles e importantes monumentos arquitectónicos como la vieja central hidroeléctrica del año 1932.
El estuario comprende el último tramo del río, su desembocadura, el río Tines (Concello Outes) y el fondo de la Ría de Muros y Noia. Este espacio favorece la diversidad de ambientes permitiendo que exista una fauna y vegetación muy variada destacando los juncos que cobran grandes extensiones aguas arriba de Ponte Nafonso. Además, esta zona forma parte de la Red Natura 2000, zona protegida.