Diversas señales luminosas y, según algunos textos, estrellas avistadas por un ermitaño sobre un bosque, señalaron en el mapa gallego lo que más adelante sería la catedral de Santiago y posterior el crecimiento de la ciudad que actualmente es la capital de Galicia.
Este extraño fenómeno que tuvo lugar en el siglo IX provocó que, según los escritos de la época, se descubriese el sarcófago del Apóstol Santiago. El "campus stellae" o campo de estrellas, pondría apellido a la zona, expresión que acabó derivando en lo que hoy en día conocemos como Compostela y provocó un gran desarrollo de zonas cercanas como es el caso de nuestra localidad, que se convirtió en el Puerto del Apóstol.
El rey Fernando II funda en 1168 con la concesión de la Carta Puebla de Noia, un nuevo burgo, "Totum Bonum", para hacer y restaurar el Puerto del Apóstol citado como Portus Apóstoli. Esto indica la importancia de la actividad portuaria que había en la villa, en el puerto recalaban muchas naves con mercancías y personas que desde Noia se dirigían a Santiago en peregrinación, pues, desde el año 1122 el papa Calixto II concedió la gracia de Año Santo a la iglesia jacobea. Cuatro años después se celebró el primer Año Santo Compostelano. Después de estas dos celebraciones, numerosos peregrinos europeos caminaron desde Portus Apostoli hasta el Locus Sancti, el lugar santo de Compostela).
En muchos de los edificios históricos de la villa y en las lápidas con inscripciones gremiales que se conservan en la iglesia museo de San María A Nova se pueden observar detalles de grabados y otros restos arquitectónicos que muestran la intensa relación de Noia con el mundo de la peregrinación.
Hoy en día muchos son los peregrinos que apuestan por hacer esta ruta no oficial del Camino de Santiago, que cuenta con diversos apoyos para que se incluya en el catálogo de Rutas Jacobeas reconocidas.